La plataforma continental argentina es una de las más grandes y ricas del mundo; por la Hidrovía navega más del 70% de nuestras exportaciones; somos un país bicontinental considerando el sector antártico; tenemos territorios insulares ocupados ilegítimamente por el Reino Unido; y la lista sigue, pero con estos datos alcanza para comprender por qué el Estado nacional debería potenciar el despliegue y modernización de la Armada Argentina.
El 17 de mayo de 1814 la incipiente escuadra nacional, al mando del Almirante Guillermo Brown, salió victoriosa del combate contra la mucho más poderosa y experimentada flota realista con asiento en el puerto de Montevideo.
La hazaña lograda por Brown es admirable en todo sentido, no solo desde el punto de vista de sus cualidades personales y profesionales como hombre y marino, sino también por su indeclinable determinación de defender a su Patria adoptiva, ya que el jefe de nuestra escuadra había nacido en Irlanda.
Cualquier analista militar -de la época y de hoy- hubiera dado por sentado que, teniendo en cuenta la cantidad y poder de fuego de los buques y la experiencia como navegantes y combatientes de las tripulaciones que se enfrentaron en el combate naval de Montevideo, el resultado sería una victoria española.
Solo el conocimiento detallado del teatro de operaciones, una acertada estrategia y el liderazgo del Almirante Brown pudieron torcer la balanza en beneficio de la escuadra criolla.
Por lo expuesto, cada 17 de mayo se conmemora el Día de la Armada de la República Argentina (ARA).