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«Fundar el Malvinas Argentinas FC nació de la necesidad de hacer algo para saldar la deuda que tenemos con nuestros héroes, de modo tal que la gente se acuerde de los veteranos todas las semanas y no solamente cada 2 de abril. Yo tenía un deseo adentro de rendirle tributo a todos ellos y se me ocurrió que lo podíamos hacer a través del futbol” narra Gustavo Lencina, fundador del Malvinas Argentinas Fútbol Club en 2018, cuyo sueño es «poder jugar de local en las Islas recuperadas».


Gustavo Lencina que reconoce que hay un acompañamiento que se siente de cerca. Muchos veteranos van a ver los entrenamientos. Hace poco se acercó Omar De Felippe a saludar (ex entrenador de Vélez Sársfield, Banfield, Independiente y Newell’s Old Boys entre otros clubes). «Una vez al mes los junto a todos y a modo de concientización les marco que esta camiseta tiene un plus, que no es cualquier camiseta, sin desmerecer los clubes de barrio o las sociedades de fomento. Esta casaca tiene un adicional que no la tiene cualquiera», indica, dando a conocer uno de los ritos del club. La pertenencia como símbolo inherente.


Siempre está ese ayer que atomiza recuerdos. Recuerdos de esos que irrumpen involuntarios, semejantes al acto de respirar. Es que rememorar, casi siempre, como nunca, huele a nostalgia. El recuerdo, como la sombra que acompaña a lo sucedido, similar a una estampilla pegada al sobre… Pensar en aquellas cartas que nunca llegaron. Imágenes como fotos, lejanas, en color sepia, como esas voces que se van perdiendo en los sueños. Aunque arraigadas, nítidas en la valoración colectiva, 38 años después. En definitiva, ya hubo tiempo para que la congoja y el sufrimiento lo atravesaran todo. Cada vez que Malvinas tiene un nuevo amanecer sobre el almanaque salpicado en rojo sangre, esas primeras brisas del día, acarician las cicatrices del dolor de Abril de 1982.


Malvinas siempre andan dando vueltas en el ingenio de las hinchadas argentinas, y en los últimos tiempos, a la hora de parir una canción mundialista libera una necesidad de reivindicación continua. La ligazón que hace el futbolero acerca de Maradona vs. Inglaterra aquel 22 de junio de 1986 tiene la vigencia de un tatuaje. Será para toda la vida. Fútbol y Malvinas, hasta que la muerte los separe.


Gustavo Lencina hizo las inferiores en Tristán Suárez, luego pasó a Deportivo Paraguayo donde debutó en la primera del club y jugó alrededor de 4 años. Mediocampista, su último año lo disputó en San Martin de Burzaco, de donde se retiró en 1998. Reconoce que se ve sorprendido por la buena energía que recibe desde los distintos centros de veteranos de todo el país a través de las redes sociales en Instagram y en Facebook. «Me pasa que hijos de veteranos muestran su felicidad porque esta iniciativa la haya tomado un civil, lo cual, para ellos, es doblemente meritorio», subraya.


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